La computadora entra a la escuela
La utilización de las herramientas informáticas se ha convertido
en una actividad cotidiana en las escuelas especiales que
atienden niños, adolescentes y jóvenes. La computadora ingresó
a la escuela de la misma forma como hace más de dos décadas
se integró a nuestra vida cotidiana. Pasó de ser en un primer
momento un instrumento novedoso de características lúdicas,
a transformarse en una verdadera herramienta que favorece
la tarea docente y los aprendizajes eternamente complejos
para la población con desventajas intelectuales.
El ingreso de las computadoras a nuestra escuela especial
resultó de gran estímulo para la población de alumnos con
necesidades educativas especiales. Permitió establecer un
Programa de alfabetización —especialmente dirigido a un grupo
de jóvenes no lectores—, que a lo largo de dos ciclos lectivos
revirtió el estigma que indicaba que jamás llegarían a aprender
a leer. El programa les posibilitó el acceso a la palabra
escrita y a una serie de aprendizajes no sólo pedagógicos
sino también personales y terapéuticamente importantes.
Una experiencia que cambió un
estigma
Nuestra experiencia se desarrolló con un grupo de jóvenes,
pertenecientes a una escuela especial del área de Capital
Federal. Estos alumnos tenían en común los siguientes rasgos:
un diagnóstico relacionado con la discapacidad mental y con
algunas características psiquiátricas, el estigma de haber
participado en múltiples espacios escolares con el rótulo
de que no podrían aprender a leer y a escribir, y una escasa
posibilidad social de acceder a computadoras dentro de su
medio familiar o social.
La incorporación de las computadoras resultó un estímulo tan
especial para la mayoría de los jóvenes, que se instaló en
el equipo docente un primer dilema: ¿cómo incorporar a todos
aquellos alumnos que lo desearan a las actividades de informática,
sin que ello se transformara en otra actividad recreativa?
El interés de los jóvenes se confrontó inmediatamente con
una dificultad recurrente: el no acceso, aún, a la palabra
escrita. Así surgió el Programa de alfabetización que fue
llevado a cabo inicialmente en forma experimental con un grupo
reducido de alumnos (cuatro integrantes) dentro del ámbito
del taller de computación.
Características de pensamiento
Estos adolescentes tenían un diagnóstico de retraso mental
moderado, un nivel de pensamiento preoperatorio intuitivo
articulado con conductas correspondientes a estadios mayores
en la estructuración de pensamiento, pero sin llegar a responder
completamente como sujetos en un nivel de pensamiento concreto.
Estas decalages les permitieron realizar, a lo largo
del proceso, una serie de autorregulaciones características
del estilo de pensamiento de las personas con retraso mental:
la aparición de resoluciones apropiadas de mayor complejidad
en respuesta a una demanda específica, pero en una forma aislada
y no continua.
Cabe destacar, a fin de comprender los procesos realizados
por este grupo de jóvenes, las peculiaridades fundamentales
del pensamiento en esta población, caracterizadas por una
heterocronía del desarrollo. El proceso de desarrollo del
razonamiento, en estos alumnos, persigue una marcha más lenta,
conservan marcas de niveles anteriores y el ritmo y la velocidad
en las adquisiciones de aprendizaje es más tardío o, en ocasiones,
se estanca. Se observan fijaciones que no llegan a un equilibrio
terminal del pensamiento.
Es habitual que los alumnos con retraso mental sigan las pautas
normales de aprendizaje, pero no lleguen a completarlos; esto
nos permite hablar en términos de Bärbel Inhelder de una construcción
operatoria no acabada. Su pensamiento parece llegar a un falso
equilibrio caracterizado por cierta viscosidad en el razonamiento.
De esta manera, nuestros jóvenes presentaban un pensamiento
menos móvil, su interés en los aprendizajes lectoescritos
era menos vivo y su necesidad de saber había estado dirigida
durante los años anteriores hacia objetivos prácticos que,
si bien habían sido altamente importantes para su calidad
de vida, no habían sido lo suficientemente estimulantes como
para generar nuevas necesidades en el proceso de adquisición
de la lectoescritura.
La palabra escrita representaba para ellos, hasta ese momento,
un ámbito conocido pero ajeno; estaba allí pero todavía no
se habían apropiado de él. Tenían la estimación de que el
«otro» les daba, pero no se había convertido aún en una necesidad
propia que se transformara en la génesis de un futuro aprendizaje.
La palabra escrita no tenía para ellos el valor de la palabra
permanente, que se sostiene en el tiempo y puede ser decodificada
por cualquiera. Estimular este aprendizaje significó no sólo
acercarlos a un objetivo pedagógico, sino también favorecer
en ellos la expresión constante de sus opiniones y expresiones.
La adquisición de la lectoescritura ayuda al adolescente con
necesidades educativas especiales a posicionarse mejor en
el mundo adulto y le permite utilizar los espacios culturales,
recreativos y laborales, pues comprende un código convencional
de acceso a la información en forma autónoma y sin dependencia
de otros. Un aprendizaje escolar importante que establece
una señal positiva en el proceso de subjetivación de la persona.
Aspectos informáticos favorecedores
de la lectoescritura
Desde el término mismo «necesidades educativas especiales»,
se está hablando de considerar los diferentes estilos de aprendizaje,
la modalidad temporal que éste puede demandar y las necesidades
de una población marcadas por una atención más específica
en cuanto a los recursos a emplear.
En este contexto, el uso de la informática presenta una serie
de ventajas que justifican su implementación:
- Capta rápidamente la atención e interés de los alumnos
que pueden seguir trabajando los mismos objetivos pedagógicos
empleando un recurso diferente (en este caso un equipo de
computación y programas adecuados) de los que se utilizan
en forma estándar en la escuela convencional (láminas, carteles,
fichas de trabajo, etc.).
- Extiende los tiempos de atención y propicia la formulación
de diferentes hipótesis para resolver las consignas planteadas
por el programa. Favorece la toma de decisiones en forma
cooperativa y consensuada.
- A nivel de los estímulos sensoriales, presenta mayor
variedad y simultaneidad: icónica, sonora, icónico-sonora.
- Elegidos según sus intereses y conocimientos previos,
los programas coadyuvan a «andamiar» los nuevos conocimientos
adquiridos y a preservar la capacidad cognitiva conservada
y legitimada por el uso cotidiano en ámbitos no escolares
(conocimientos sobre el uso del dinero, manejo en el espacio
público, lectura de carteles, señales e indicadores de tránsito,
etc.).
Valoramos en la experiencia los programas que cumplían las
siguientes condiciones mínimas:
- Niveles de complejidad creciente, factibles de ser adaptados
para las dificultades individuales de manera de resaltar
los logros particulares de cada alumno para aumentar su
autoestima y confianza en el uso de estas herramientas.
- Predominio del área visual por sobre lo escrito. Las
consignas debían ser claras y, en lo posible, dadas a través
de un archivo de sonido que además alertara al usuario de
errores o dificultades en su uso, y que contara con sonidos
especiales para indicar el nivel de progreso realizado.
- Flexibilidad en un nivel (la consulta del menú de opciones
y la elección de las mismas), pero cerrados en cuanto a
que no se pudiera pasar de nivel si no eran resueltas las
consignas correctamente.
- Considerando la dificultad en el área de motricidad fina
de muchos alumnos, se eligieron con preferencia programas
que debían ser manejados desde el teclado con una mínima
cantidad de teclas (enter, barra espaciadora, flechas
de dirección, escape), o si eran manejados con el mouse,
se buscaron programas donde el uso de este periférico fuese
el esencial.
Objetivos fijados para el Programa de alfabetización
Se fijó como objetivo final del proyecto que los alumnos
lograran leer y escribir textos simples; los objetivos pedagógicos
específicos trabajados se detallan a continuación:
- Reconocer vocales y consonantes y sus formas de combinación.
- Escribir utilizando los signos de puntuación y las reglas
ortográficas de mayor uso: mayúsculas, grupos ce, ci, que,
qui.
- Leer en forma silenciosa y oral textos sencillos.
- Expresar por escrito ideas, deseos, sentimientos y necesidades.
Los objetivos pedagógico-informáticos enunciados fueron los
siguientes:
- Seguir órdenes simples y avanzar paulatinamente hacia
órdenes más complejas.
- Responder a preguntas sencillas optando por «sí-no, aceptar-cancelar».
- Manipular el mouse y el teclado.
- Respetar las instrucciones del proceso informático del
programa utilizado.
- Resolver las actividades planteadas en el orden presentado.
Escribir para comunicarse
Un desafío que presentó la implementación del proyecto consistió
en buscar programas informáticos que no tuvieran un contenido
aniñado o infantil debido a la edad de los jóvenes que participaban,
ya que la simplicidad debía tener su correlato en un nivel
de significatividad que les permitiera relacionar esos significados
con sus necesidades e intereses. Se planteó así desde las
estrategias pedagógicas implicadas, sustentadas teóricamente
sobre el trabajo con «Inteligencias múltiples» de Gardner,
los conceptos de «Zona de desarrollo próximo» de Vigotsky
y el método de lectoescritura de Hugo Salgado. Lo trabajoso
que el aprendizaje de la lectoescritura resulta a estos alumnos,
si no les permite acceder a intercambios valiosos con su entorno
social, se convierte en una actividad frustrante y carente
de sentido para ellos. Partimos del convencimiento de que
se escribe para comunicarse con el mundo, para alguien, para
otros que valoran y sostienen ese aprendizaje.
Visto de esta manera, una de las actividades principales en
esta experiencia consistió en la redacción de los menús de
comida diarios. La elección de esta actividad estuvo relacionada
con otra de las actividades de los jóvenes, que además de
esta propuesta, participaban del taller de cocina y, en ese
ámbito, preparaban cotidianamente los almuerzos institucionales.
Eligiendo el formato adecuado para la lectura de sus pares,
uno de los jóvenes tuvo la tarea de confeccionar las planillas
que detallaban las comidas de cada día, a fin de que sus compañeros,
que concurrían a la institución en un horario diferente, pudieran
conocer el menú semanal. Su tarea se convirtió en una actividad
apreciada y esperada día a día por esos «otros» pares significativos
y le permitió al joven «comunicar» por medio de la palabra
escrita, sin la necesidad de estar presente.
Batería de programas utilizada
- Paquete «Clic»
«Estimulación del lenguaje» (80 actividades)
Reconocimiento visual de letras.
Nombre de los días de la semana y meses.
Ordenamiento alfabético.
Lectura comprensiva.
Oraciones y textos breves a completar.
«Las vocales»
Reconocimiento y discriminación visual de vocales.
Reconocimiento de palabras que empiezan..., terminan...
Reconocimiento sonoro.
Escritura de palabras sencillas comenzando por tres
letras.
«Juguemos con los sonidos 1, 2 y 3»
Semejanzas entre fonemas y grafemas.
Correspondencia.
Formación de palabras con sílabas conocidas.
- Procesador de textos
Utilización de plantillas y documentos.
Trabajo con archivos y carpetas.
Guardado y recuperación de información.
Procesar información contextualizada: carteles, menús,
noticias.
- Paquete en «Flash». Aprendiendo a escribir
Discriminar auditivamente y visualmente: comienza
como, termina como, familias de palabras.
- «Tangram» (40 rompecabezas)
Rompecabezas de nivel creciente.
Juego con /sin rotación de figuras.
- «Pensar»
Resolución de laberintos.
Seriación y agrupamiento atendiendo a los atributos
de color, posición, tamaño.
- «Memotest»
Estimulación de la memoria visual y la retención memorística.
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Otro punto donde se puso énfasis —clave en este proceso—
fue la interacción entre pares, quienes conformaron una red
de trabajo cooperativo y de colaboración en torno al interés
común que significaba aprender a leer y a escribir. Al pensar
el proceso educativo desde esta visión pedagógica se superó
el concepto utilitario de la informática, que remitía a lo
puramente tecnológico de estas herramientas, para establecer
la importancia de la «Zona de desarrollo próximo» planteada
por Vigotsky.
El otro sustento teórico, la Teoría de las inteligencias múltiples,
sirvió a las capacidades cognitivas de los alumnos, ya que
los programas elegidos activaban la inteligencia lingüística,
la lógico-matemática, la espacial, entre otras.
El método de lectoescritura de Hugo Salgado parte de la oralidad
(la lengua materna, los modismos, los giros idiomáticos propios
de la edad y cultura) hacia la lengua escrita. No consiste
en decodificar la lengua sino en construirla progresivamente
entendiendo las reglas internas del lenguaje, que siempre
son contextualizadas con las propias experiencias y necesidades.
Se trató de ver a los alumnos desde sus potencialidades cognitivas
e insertos en un medio socioeducativo que sirvió de red de
contención y sostén de los aprendizajes realizados.
Evaluación de la experiencia
Este proyecto se desarrolló durante dos ciclos lectivos continuados.
A lo largo de este proceso se logró que tres de los cuatro
jóvenes que participaban de la experiencia alcanzaran un nivel
alfabético, manifestaran sus ideas en forma escrita y decodificaran
textos y producciones escritas por otras personas. El cuarto
alumno incluido en esta experiencia no logró ser evaluado
pedagógicamente, debido al recrudecimiento de su cuadro psicopatológico
de base que no le permitió sostener su concurrencia a la institución.
Actualmente, los alumnos que participaron de esta experiencia
continúan profundizando los aprendizajes en lectoescritura
y avanzan hacia el aprendizaje de conocimientos matemáticos.
Han logrado incorporar otros recursos educativos dentro del
aula en forma espontánea, como el periódico, material de lectura
que favorece la información cotidiana desde un lugar de adultos.
La utilización de este recurso va más allá de lo práctico
e informativo, le brinda al joven con necesidades educativas
especiales un material pensado para el adulto, evitando el
lugar tan común en esta población —y en las personas significativas
que los rodean— que tiende a infantilizar y puerilizar lo
relacionado con la discapacidad mental.
Dentro del aula se observó una mejora del manejo espacial
de los jóvenes, quienes lograron escribir en el cuaderno copiando
del pizarrón. Así mismo, se pudo observar que mejoró notablemente
el manejo que ellos mismos tenían en la calle con respecto
a la lectura de señales, carteles, ubicación de negocios e
información escrita en general.
Los resultados de esta experiencia permitieron planificar
un abordaje diferente de las actividades pedagógicas institucionales.
Actualmente no son los objetivos pedagógicos los que se plantean
en el taller de computación, sino que la tecnología informática
es en estos momentos una herramienta más del taller pedagógico.
Los espacios de ambos talleres se unieron en un mismo salón,
que cuenta con el tradicional pizarrón, la biblioteca y seis
PC —una con acceso a Internet permanente— al servicio de los
alumnos.
Todos los jóvenes que participan de la institución asisten
entre dos y tres veces por semana, según su plan de estudios,
al taller pedagógico. Allí desarrollan actividades y proyectos
cuyos objetivos principales se relacionan con lo pedagógico,
pero siempre en íntima relación con el resto de las actividades
de la institución.
Y se animaron más
A partir de esta experiencia, otros jóvenes que no participaban
de este espacio —que nunca fue obligatorio sino electivo—
se animaron a participar del taller y se encuentran actualmente
vivenciando esta experiencia.
El descubrimiento de la palabra escrita como una palabra que
queda plasmada en forma permanente y a la cual se puede volver
a recurrir tantas veces como sea necesario, resulta un hallazgo
importante para el adolescente con necesidades educativas
especiales, porque revaloriza su propia palabra y le brinda
carácter de permanencia. Se transforma en un instrumento que
lo ayuda a sostener una posición propia y diferenciada de
la de los demás. Es «su propia marca» que él mismo deja y
que decodifica, y no la marca que su discapacidad le impone.
Esto no sólo le brinda recursos de aprendizaje, sino que lo
subjetiva como persona, lo estimula a conocer sus derechos
y a hacerlos respetar como cualquier miembro de esta sociedad,
a fin de que sus necesidades no sean excluidas de ningún ámbito
y se las tenga en cuenta por derecho propio.
Silvina Negrini
Profesora de Educación Primaria
Profesora de Informática
María Gabriela Salomone
Licenciada en Psicopedagogía
Profesora de Psicología y Ciencias de la Educación
Bibliografía
- AMSTRONG Thomas, Las inteligencias múltiples en el
aula, Manantial, Buenos Aires, 1999.
- CIRIGLIANO Gustavo, VILLAVERDE Aníbal, Dinámica de
grupos y educación, Humanitas, Buenos Aires, 1970.
- CUENCA E., El aprendizaje de la lectoescritura,
Magisterio del Río de la Plata, Buenos Aires, 1970.
- GOLEMAN Daniel, La inteligencia emocional, Javier
Vergara Editor, Buenos Aires, 1996.
- INHELDER Bärbel, El Diagnóstico del Razonamiento en
los Débiles
- Mentales, Editorial Nova Terra, Barcelona,
1988.
- SALGADO Hugo, De la oralidad a la escritura, Magisterio
del Río de la Plata, Buenos Aires, 1989.
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